Introducción ¿Por qué intervenir en la adolescencia?

La adolescencia es el periodo de la vida entre los 10 y 19 años, donde se adquiere la capacidad de reproducirse, transitar de los patrones psicológicos de la niñez a la adultez y consolida su independencia económica. De acuerdo a las etapas de desarrollo, necesidades y percepciones se subdivide en adolescencia temprana (10 a 14 años); adolescencia tardía (15 a 19 años).

Se destaca que el cerebro termina de desarrollarse alrededor de los 21 años, siendo la corteza prefrontal, la última en madurar y es la encargada del control de impulsos, toma de decisiones y capacidad de juicio; por ello responden viviendo al límite y con un futuro planeado de ocho días.

Experimentan un rápido crecimiento y desarrollo en la composición corporal, los órganos genitales y caracteres sexuales secundarios. Con éstos cambios, hay un crecimiento poco armónico del cuerpo (senos, caderas, brazos, piernas) provocando ansiedad y timidez, manifestándolo con preocupación extrema o descuido del cuerpo. La falta de atención en esta área, se refleja en el aumento de casos de trastornos de alimentación (comer compulsivo, anorexia y bulimia). A nivel sexual, se despierta un interés y excitación sensual, exploran su cuerpo, sus gustos y deseos, comienza el despertar sexual e interés por relacionarse, formando su identidad y preferencia sexual.

A nivel psicológico, es posible observar que estos cambios corporales impactan en la evolución de su autoconcepto y autoestima, fortaleciéndolo o debilitándolo. Comienzan a cuestionar valores familiares y sociales, actividades académicas y sociales. Se interesan en religión, ética, sexualidad, consumo de drogas, etc. Es en éste conflicto cuando por momentos se sienten independientes y por el otro anhelan la seguridad y confianza del hogar.

Aprenden valores, normas y reglas de conducta de la socialización con otros adolescentes, de ahí que el sentido de pertenencia tome vital importancia, aun cuando implique situaciones de riesgo: consumo excesivo de alcohol y drogas, iniciación sexual, relaciones destructivas, entre otros.

Por lo anterior, es esta etapa donde se llevan a cabo la mayor parte de riesgos para la salud en la vida adulta: relaciones sexuales de riesgo, abuso de drogas legales e ilegales, hábitos de alimentación. Además, se afirma la personalidad, desarrollo sexual y capacidad reproductiva, concreción de un proyecto de vida, autoestima, independencia y autonomía. Todo lo que se haga o no con ellos y ellas, impactará en el desarrollo de su vida adulta.